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Cada familia guarda historias luminosas y tambien capítulos difíciles, ambos forman parte de nuestro mapa interior.

Las memorias de nuestros ancestros nos atraviesas a veces como bendiciones visible y otras como patrones invisibles  que repetimos sin comprender.

Reconocerlas implica mirar sin juicio, con gratitud y compasión. Es aceptar que en nuestra historia hay luces y sombras, victorias y pérdidas, y que todo ello ha hecho posible que hoy estemos aquí.

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Aceptar para transformar

Aceptar lo heredado no significa resignarse, sino que lo integramos y elegimos que es lo que queremos conservar  y que necesitamos transformar.

Si mis aburelos viveron la escasez, puedo honrar su esfuerzo y, al mismo tiempo, abrirme a una vida de en abundancia.

Aceptar y abrazar la totalidad, lo que m e impulsa y lo que me desafia. Es comprender que cada experiencia ancestral trae una  enseñanmza y que al integrarla me libero de las cargas insconscientes y las lealtades invisibles.

Conocer y aceptar nuestras raices  no nos encierra en el pasado: nos abre a un presente vivido con plenitud y a un futuro mas consciente

Las huellas de nuestros ancestros viven en nosotros, en nuestros gestos cotidianos, en las palabras heredadas, en los silencios guardados y hasta en las emociones que a veces no entendemos.   Conocer, reconocer y aceptar estas raices no significa que nos quedemos atados al pasado, sino descubrir un caudal de fuerza y sabiduria que nos puede acompañar y ayudar en nuestro camino de desarrollo personal  y auroconocimiento.

Al igual que un árbol no puede crecer solido sin raices profundas, nosotros tambien necesitamos sentirnos vinculados a un origen.

Las raices nos otorgan identidad, pertenencia y continuidad. Son el recuerdo de dónde venimos, las experiencias de quienes nos precedieron y también la memoria colectiva que nos sostiene.

Cuando nos olvidamos de nuestras raices , perdemos un pedacito de nosotros mismos, pero, cuando las honramos desde el amor condicional, desde el respeto, ganamos en firmeza para seguir creciendo hacia lo alto con libertad y confianza.

 

Que cada paso en tu presente sea también un gesto de gratitud hacia quienes, con su vida, hicieron posible la tuya

Cada uno de nosotros es la continuación de una historia que comenzó mucho antes de nuestro nacimiento. En nuestras manos está la posibilidad de  honrarla y, al mismo tiempo,  escribir capítulos nuevos.

Mirar hacia nuestras aices con respeto y amor no significa que nos auedemos atrapados en ellas, sino que nos nutrimos  de su fuerza para desplegar nuestras propias alas.

Cuando reconocemos de dónde venimos, podemos caminar con mayor certeza hacia lo que estamos llamados a Ser.

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Abrazar nuestras raices
El camino hacia un desarrollo personal pleno
 

Alguna vez te has preguntado qué parte de ti pertenece realmente a tu historia personal y cúal proviene de aquellos que caminaron antes que tú?

VIVIR EL CIELO EN LA TIERRA

Actualizado: 1 may


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El Cielo que todos anhelamos no esta fuera, sino dentro de nosotros, siempre ha estado ahí y allí permanecerá hasta que nosotros mismos, sólo nosotros, nos sintamos Uno con todo lo creado, con lo que está arriba y lo que está abajo, con lo que está dentro y está fuera. El punto donde abajo y arriba, dentro y fuera se encuentran, es el punto donde se da el verdadero reencuentro.


No puedo vivir mi Cielo si no acepto mi Tierra, ambos, juntos, Cielo y Tierra conforman mi Unidad. Negar uno anula al otro. Luz y oscuridad, sol y luna, hombre y mujer, padre y madre... la no aceptación, la negación, la resistencia a una de ellas es lo que nos provoca el dolor, la inestabilidad, el miedo y la frustración.


Todo lo que estamos buscando, está dentro de nosotros, incluso hasta lo que no deseamos. La resistencia y el miedo nos bloquean; el pasado no aceptado, no comprendido, se convierte en una gran carga que ralentiza nuestros pasos.


Es necesario que dirijamos la mirada a nuestro interior, que salvemos ese miedo ilusorio  que nos separa de lo que es auténtico , que admitamos  la polaridad, la dualidad como ese trampolin que nos impulsa y ayuda a tomar conciencia de que nada es mejor  o peor, sino lo apropiado en cada instante  y así  crecer como ser humano y conectar con nuestra alma.


Y ésta es una tarea que solo nos corresponde a nosotros. Pueden orientarnos, acompañarnos durante una parte del camino, pero solo de uno mismo, de nuestra voluntad, de nuestro empeño, de nuestros pensamientos y actos, de nuestras elecciones, depende el resultado de esta gran aventura que es nuestra vida.


Despertemos la Conciencia, retiremos  el velo de Isis para que nuestra Luz se manifieste. Vivamos el aquí y ahora  con todos nuestros sentidos, desde nuestra verdadera naturaleza,  desde la Unidad, dejándonos guiar por nuestra intuición, por la voz del corazón.


NO hay cadenas, SOMOS libres para crear nuestra realidad. AMA tu Cielo, AMA tu Tierra. ACEPTA el compromiso de SER FELIZ, de SER TU MISMO.


Publicado por Esmeralda Rodriguez el martes 14 de agosto, a las 4:46h

 
 
 

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